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Vida urbana e identidad personal

Richard Sennett

 

Sennett, Richard (1970). Vida urbana e identidad personal: Los usos del desorden. Barcelona. Ediciones Península. 1975.

Reseña. 

Vida urbana e identidad personal contiene contribuciones de primera instancia a la discusión sociológica contemporánea de los problemas de planificación urbana. También contiene los elementos de una teoría discutible e interesante de la forma urbana  en función del proceso social y la personalidad individual.

La característica más sobresaliente de este ensayo, es en efecto, su resuelto contraste estilístico con los estereotipos de la investigación empírica a los que la práctica de la «sociología científica» se aferra en España.

Se trata de un libro interesante acerca de un problema interesante, que se presenta bajo la forma del ensayo humanístico, y que se muestra  ambicioso en cuanto a la teoría.

El libro se divide en dos partes. La primera trata sobre el concepto de una unidad purificada y la forma de vida dentro de una comunidad purificada, en ésta  se encuentran los mitos y cómo estos a su vez se transfieren al estilo de vida donde se abarca a la familia y la sociedad.

La segunda parte nos habla acerca de las consecuencias de una identidad purificada, los buenos usos de la ciudad en las comunidades de supervivencia en la cual se abarcan puntos centrales como la edad adulta, las ciudades, la violencia, etc.

El tema central del libro se inscribe, en términos generales, dentro de un área definida por la tradición weberiana en la sociología americana. El tema weberiano de la primacía de los mecanismos psicológicos en la causación social subtiende a la teoría de Sennnett en cuanto a la interacción entre los procesos que conforman a la personalidad y la forma urbana.

Para Sennett, todas las relaciones se originan en el nivel de la personalidad y se encuentran mediadas por el proceso social. Las tendencias que aparecen en el nivel de la personalidad se refuerzan mutuamente en los procesos que se producen en el nivel social; una de las consecuencias  de estas interacciones se manifiesta en el nivel específico de la creación de la forma urbana a través de la personalidad de quienes toman decisiones en este campo, y ésta, a su vez, realimenta los procesos que influyen en la personalidad por medio de una causación material, poniendo o eliminando obstáculos físicos para las condiciones de emergencia de la personalidad.

Éste es un esquema similar al de la teoría de Weber con la que describió las relaciones entre la ética puritana y la organización económica del capitalismo naciente; en el caso de Sennett hay dos matices importantes. El papel que se otorga a la familia como pieza fundamental del proceso social y el énfasis que se da a la comunicación interpersonal como mecanismo básico de socialización.

El límite ideológico más llamativo de esta tradición reside en la dicotomía básica  conflicto/cooperación con la que conceptualiza los procesos sociales y en la primacía que otorga a la cooperación como forma básica de interacción.

Sennett hace referencia a las condiciones económicas. Según él, el incremento de bienestar en la sociedad industrial contemporánea ha erosionado las bases de una cierta interdependencia impuesta por la necesidad a los miembros de sociedades más pobres.

Lo que no se puede conceptualizar como atribuible a la Historia se atribuye a la Naturaleza. Esta argumentación recurrente en el idealismo contemporáneo, aparece también en Sennett bajo la forma de una concepción psicoanalítica de la personalidad. El concepto de «crisis de identidad de la adolescencia» juega el papel del factor central, deus ex machina, que mueve los hilos de la tramoya detrás de todas las desgracias de la vida urbana.

La pieza básica del mecanismo, el lugar donde los procesos más profundos de causación social toman su origen, es en la familia. Sennett lo afirma explícitamente (las formas que la familia urbana contemporánea tiende a adoptar): constituye el laboratorio y el vector gracias a que la crisis de identidad de la adolescencia se perpetúa y difunde sus efectos morbosos sobre la vida social en general y la planificación urbana en particular.

Sennett se encuentra minando las bases teóricas en las que debe sustentarse su creencia de que el mal fundamental que aqueja a la vida contemporánea consiste en la disminución de la variedad (y cantidad) de interacción simbólica.

El libro contrasta una sociedad que es con una sociedad que podría ser. Sennett analiza la situación ante el fracaso de la ciudad opulenta como lugar habitable, y propone nuevas formas de organización urbana mediante las cuales la vida en la ciudad resulte más atractiva y vivificante.

 

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